Tom tenía que
levantarse a las ocho, de modo que a la una y media dejamos el sexo y nos
dormimos abrazados. Poco después de las seis, sin embargo, me desperté con
náuseas y fui a vomitar al baño.
Tom entró
detrás de mí y me frotó la espalda mientras yo vaciaba el estómago en el
retrete. Cuando se me aliviaron las náuseas me levanté y me mojé la cara en el
lavabo.
—Debo de haber
pillado algo… Espero que tú no te hayas contagiado.
—A lo mejor
estás embarazada —dijo él.
—¡No digas eso!
—exclamé.
—¿Por qué te
horroriza tanto la idea? —parecía esperanzado—. ¿No te gustaría tener un hijo
mío?
—No puedo
quedarme embarazada ahora Tom. Dentro de poco empezarán las clases, y… recuerda
que sigo estando casada.
Una sombra
amenazadora cubrió el rostro de Tom.
—¿Te preocupa
cómo afectaría esto a tu divorcio… o a tu marido?
No me gustaba su tono ni su lenguaje corporal, y me
pregunté a mí misma por qué había ido a verlo después de haber decidido poner
distancia entre ambos. ¿Cómo podía sentirme tan cómoda en sus brazos y horas
después tener miedo de él?
—Creo que algo
debió de sentarme mal, eso es todo. Llevo varios días un poco indispuesta
—no
tenía fiebre, pero las náuseas me invadían al oler determinados alimentos, como
los huevos, el pollo o los espárragos.
Oh, Dios… ¿Y si
estaba realmente embarazada?
¿Cómo había
podido ser tan estúpida? Había dejado que Tom me follara sin condón en un par
de ocasiones, por lo menos.
—Ven aquí, hermosa
—me rodeó la cintura con un brazo y yo dejé que me abrazara y me acariciase el
pelo.
Solté un
chillido cuando me apretó un pecho.
—Tus pechos
están más sensibles de lo normal —dijo, sonriendo—. Y han crecido de tamaño.
Sí, hermosa… creo que llevas a mi hijo dentro.
Me besó en la
mejilla y me llevó a la cama, donde me arropó sin dejar de sonreír. Parecía el
hombre más feliz del mundo. Yo también le sonreí, pero por dentro me encogía de
pavor.
«Por favor,
Dios mío, no permitas que esté embarazada».
Implorar la
bondad divina en esas circunstancias debía de ser una blasfemia, pero aun así
lo hice. No quería quedarme embarazada de Tom
Él se acostó
junto a mí y colocó su mano sobre mi vientre.
—Voy a cuidarte
durante los próximos nueve meses.
Sentí que me
ahogaba entre aquellas cuatro paredes.
—Quiero que te
quedes aquí mientras yo estoy trabajando. Quiero que estés en casa cuando
vuelva. Yo cuidaré de ti.
Sólo era un
comentario… ¿O quizá una orden? Una vez más volví a sentir que Tom intentaba
controlarme.
—Tengo que ir a
casa a ver si ha vuelto Tokio.
—Olvídate del
gato—dijo él con irritación—. Nunca la encontrarás.
Lo miré
boquiabierta.
—Eso que has
dicho es horrible.
—Seguramente se
la haya quedado alguna buena familia que la encontró en la calle —volvió a
suavizar el tono—. Seguro que está bien. ¿Cómo puedes preocuparte por un gato
cuando vas a tener un bebé?
El estómago se
me revolvió, y no supe si era por las náuseas o por el miedo.
—No sabemos si
estoy embarazada.
Tom me besó en
los labios y me frotó el vientre.
—Yo sí lo sé. Mi madre me dijo que mi padre fue el único
que se dio cuenta de que estaba embarazada la primera vez. Y, hermosa, tú estás
embarazada…
No sé cuándo me
quedé dormida, pero al despertar eran más de las diez y Tom se había marchado.
Había soñado
con sus palabras: «Quiero que estés en casa cuando vuelva».
Siempre quería
tenerme cerca y no soportaba perderme de vista. No era algo normal, por mucho
que me deseara. El amor que decía sentir por mí empezaba a agobiarme, y si me
había quedado embarazada…
—¿Cómo he
podido ser tan idiota? —pregunté en voz alta. La idea de estar embarazada me
llenaba de angustia. Tanto, que ni siquiera quise considerar la posibilidad.
Pero no podía
ignorar las evidencias. Mis pechos estaban efectivamente mucho más sensibles.
¿Estaría Tom en lo cierto? ¿Llevaba dentro un hijo suyo?
Un hijo me
ataría a Tom definitivamente, y aquélla sí que era una posibilidad aterradora.
Si ya me asfixiaba con su amor, ¿cómo sería con un hijo de por medio? Una cosa
era el sexo salvaje, e incluso el amor desmedido que me profesara. Pero de
ningún modo podía tolerar su afán por controlarme.
Y
aquí es donde la cosa se pone mejor!! jaja Saludos a todas, pues paso para
adelantarles un poco la historia, cada vez se acerca más la etapa final! espero
lo disfruten tanto como yo escribiendo, gracias por los comentarios, las que
aun me leen, y las que me siguen en twitter, si quieren seguirme ese este
@OtraFran, bueno no me queda mucho tiempo asi que me despido, espero esten bien
y pronto vendré con otro capítulo, Os quiero, nos leemos pronto cuídense
mucho!!! ...
Tom si q asustaaa!!
ResponderEliminarEstara embarazadaaaa?? Donde esta Tokio??
Awww Mika siguelaa prontoo.. Esta buenizima la fic .. Me encantaa xD
bye cuidate :D
ESTOY EMBARAZADA!!? O____O Hay dios y mi bill que? No no quiero estar embarazada!!!
ResponderEliminarHay enserio si te seguire pero no te asustes deacuerdo ya muchos ataques provoque sin darme cuenta jajajja bueno bueno...
Donde esta bill!? Tom te amo hermoso pero estoy casada con bill sorry
Me encanta tu fic siguela pronto Mika si porfiss!!!
¿Sabes? Tom ya comienza a fastidarme: ya está obsesionado con (Name) e.e. Ya me hartó xd.
ResponderEliminar¿(Name) embarazada? ¡OMG! Lo dejaste en lo mero bueno! :c
Quiero que subas el siguiente lo más pronto que puedas é.é. Me has dejado más intrigada de lo que ya estoy. Quiero saber que pasó con Tokio, con Bill.. ¡Con todos! :S
¡Suuubeeeee! DD:
Me encantó, quiero saber como reaccionará bill cuando se entere de que su casi ex-esposa está enbarazada de Tom :# Siguela pronto ...
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