Maria llegó al
cabo de una hora con dos grandes vasos de café del Starbucks.
—Dos Caramel
Macchiato —anunció.
—Eres la mejor
—le dije, agarrando uno de los vasos.
—¿No vas a
preguntarme por qué voy por mi tercer café esta mañana?
—¿Éste es tu
tercer café? Maria tomó un sorbo y arqueó las cejas.
—Mmm…hmm…
Conocía muy bien aquel tono.
—¡Maria!
¿Guapísimo y tú...?
—Nos hemos
pasado la noche follando, sí — acabó ella con una amplia sonrisa.
—Eres una
guarra —le reproché en tono jocoso, haciéndola reír—. Así que la cosa marcha
bien.
—No es un loco
peligroso, al menos hasta dónde puedo ver. En realidad es muy divertido.
—¿Y el sexo?
—Increíble. -Tomé
un sorbo de café.-
—Qué bien.
—Se llama
Robert, por cierto. Ni Rob ni Bob. Y mucho menos Bobby.
—¿Cuándo podré
conocerlo?
—Cuando quieras
—dijo Maria—. Esta noche, por ejemplo. ¿Y si salimos los cuatro, qué te parece?
Podemos ir a un autocine y enrollarnos en el asiento trasero.
Yo ya no estaba
para enrollarme en el asiento trasero de un coche. Y lo que iba a hacer con Tom
aquella noche tenía que hacerse en privado.
—Esta noche no
me viene bien —dije—. Tom vuelve hoy a la ciudad, y no te ofendas, pero quiero
tenerlo para mí sola. Pero me gusta la idea de que salgamos los cuatro alguna
vez. Podríamos ir a bailar.
Me sentía como
esas jóvenes de las películas que sólo pensaban en pasarlo bien y tener sexo a
tutiplén. Con Tom estaba viviendo la clase de experiencias que nunca habría
imaginado tener, y mi propósito era aprovechar el tiempo al máximo antes de que
empezaran otra vez las clases.
—A propósito…
—dijo Maria—. Parece que Tom te gusta de verdad.
—Sí —admití—.
Aunque no sé lo que tenemos en común. No es el tipo de hombre al que me hubiera
acercado en la universidad. Siempre he preferido a los tipos más seguros y
estables, y Tom tiene algo salvaje que intimida. En cambio, la química sexual
es tan fuerte que cuando estamos juntos me olvido de todo lo demás, como si
sólo existiera él.
—Me alegro de que lo estés pasando bien. -La llevé al
dormitorio y abrí el armario. Ya había preparado las cajas antes de que Maria
llegara.
—Puedes empezar
con los zapatos de Bill.
—Hay muchos
zapatos —observó ella—. ¿No crees que pueden hacerle falta?
—Aún no ha
venido por ellos. Y si algún día los necesita aquí los tendrá —me agaché para
recoger un zapato negro de vestir y se lo arrojé a Maria, quien lo agarró al
vuelo—. Guárdalos todos mientras yo me pongo con la ropa.
Maria metió el
zapato en la caja y se sentó en el suelo junto a la fila de zapatos de Bill.
—Hablando de Bill…
¿sabes algo de él?
—Me llamó
anoche.
—¿Ah, sí?
—No fue una
situación agradable —le dije mientras descolgaba una camisa de una percha—.
Estaba con Gustav en un bar, bebiendo. Me llamó después de medianoche para
decirme lo mucho que me echaba de menos.
—¿Y tú qué le
dijiste?
Metí la camisa
en la caja y saqué la siguiente del armario.
—Nada. Sólo
intenté cerciorarme de que no iba a conducir en ese estado. Entonces me dijo
que estaba con Gustav y le pedí que me dejara hablar con él. Gustav empezó a
decirme lo mucho que Bill me quería, lo arrepentido que estaba por lo que había
hecho, bla, bla, bla.
Me sorprendió
comprobar que no sentía la menor inquietud ni angustia al relatar los hechos.
Tal vez estaba superando el trauma, o al menos, relativizándolo.
—Es extraño
—seguí—. En los últimos días no he pensado absolutamente nada en Bill. Sólo he
pensado en Tom y en cuándo volveré a verlo — posé las manos en la caja, que
casi había llenado por completo—. ¿Te acuerdas de cuando estábamos en las Bahamas
y dijiste que nunca habías sentido con tu ex la clase de atracción que sentías
por Soriano?
—Claro.
—Pues ahora lo
entiendo, porque yo siento lo mismo con Tom. No recuerdo haber sentido nunca
algo parecido con Bill. Es una pasión irracional, imposible de sofocar, que me
hace querer verlo a todas horas. Puede que sólo estemos empezando, pero cada
vez que me toca… —sólo de pensarlo me excitaba—. A lo mejor lo siento así
porque se trata de una novedad, pero cuando empecé con Bill no era tan intenso,
ni muchísimo menos.
—Eso es porque
a Bill no le gusta el sexo oral.
—¡Maria!
—Es cierto
—insistió ella—. Por lo que me has contado, la lengua de Tom hace maravillas.
No es raro que una chica se enamore de su primer amante de verdad.
—Lo sé, pero mi
caso es distinto.
—Sí —Maria me
miró compasivamente, pero enseguida contrajo el rostro con rabia contenida—.
Tendría que haberle cortado las pelotas a Chad por lo que te hizo.
Rechacé el
comentario, pues no quería recordar lo sucedido aquella noche. Por desgracia,
había aprendido de primera mano que no hacía falta forzar a alguien para
cambiar drásticamente su vida. Un ser querido y pacífico también podía causar
un daño inimaginable.
Como había
hecho Bill.
El trauma de mi
violación permanecía encerrado en un rincón de mi mente, pero de vez en cuando
salía a la superficie y me pillaba por sorpresa. Tal vez nunca pudiera
olvidarlo del todo.
—¿Tu?
—¿Qué?
Maria me miraba
con preocupación.
—¿Estás bien?
—No hablemos de
Chad… Estabas diciendo que las mujeres se suelen enamorar de sus primeros
amantes
—Sí… Con Tom
estás experimentando por primera vez lo increíble que puede ser el sexo oral.
Eso hace que te sientas especialmente atraída por él.
—Tal vez, pero
aunque no le gustara hacerlo… y le gusta… me seguiría atrayendo como nadie. Es
como si nuestros cuerpos se comunicaran en su propio lenguaje. ¿Entiendes lo
que quiero decir?
—Sí, lo
entiendo —respondió Maria con un suspiro—. Así me siento yo con Guapísimo…
quiero decir, con Robert. Al menos después de la primera noche. El tiempo dirá
si el sexo se vuelve rutinario y aburrido.
Maria siguió
hablando sobre la cena que Robert le había preparado la noche anterior y de lo
impresionada que estaba con sus dotes culinarias, pero yo apenas le prestaba
atención. De nuevo estaba pensando en Tom y en lo impaciente que estaba por
verlo y acostarme con él. El sexo podía volverse rutinario y aburrido para
muchas parejas, pero algo me decía que Tom y yo jamás tendríamos ese problema.
Horas después
toda la ropa, los zapatos y los útiles de Bill estaban empaquetados en el
garaje. La casa ofrecía un aspecto muy distinto, extraño, sin las cosas de mi
marido a la vista.
Me recordé a mí misma que estaban en el garaje y que podían
recuperarse fácilmente si fuera necesario, pero si de mí dependiera iban a
quedarse guardadas mucho, mucho tiempo.
No había vuelto a llamarme, pero supuse que Gustav se lo
había llevado al hotel sin incidentes.
Lo saqué de mi
cabeza y me puse a pensar en el inminente reencuentro con Tom. A medida que
transcurría la tarde aumentaba mi excitación, pero los minutos pasaban tan
lentamente que también aumentaban mis nervios.
A las seis y
media, después de cenar un puré de brócoli, empecé a prepararme. Me duché, me
lavé el pelo y me apliqué una crema hidratante con olor a coco. Y a
continuación me vestí, o mejor dicho, me desvestí. Una vez más volví a ponerme
el conjunto de lencería que había comprado en Frederick’s of Hollywood, y
también me maquillé con un esmero especial a base de sombra y lápiz de ojos,
dos capas de rímel y un brillante pintalabios.
Me miré al
espejo y sonreí maliciosamente, complacida con mi transformación.
—No vas a poder
resistirte, Tom.
En ese momento
sonó el teléfono y corrí a responder.
—¿Diga?
—pregunté con ansiedad.
—Acabo de
llegar a mi casa.
Sonreí al
reconocer la voz de Tom.
—Voy de camino,
cielo…
Colgué y me
puse los zapatos y el abrigo. En esa ocasión opté por unos zapatos negros de
tiras y tacón alto, mucho más sexys que los que usé para completar mi atuendo
erótico la primera vez.
El tipo de
calzado que luciría una prostituta…
Definitivamente, Tom y yo íbamos a pasarlo
muy bien aquella noche.....
Chicas! como siempre disculpen la tardanza, esta semana ah estado algo movidita para mi, pero acá estoy! muchas, pero MUCHÍSIMAS gracias por los comentarios, de verdad cada vez que leo uno me motiva mas a seguir escribiendo! me alegra mucho que les encante como pienso y escribo! (mente sucia haha) bueno, esta vez no puedo contestar a los comentarios porque no dispongo de tiempo, en el próximo lo haré, que sea pronto!!! espero haha bueno una vez mas gracias a todas, por cierto acá esta de nuevo mi twitter a las que tengan y quieran seguirme @OtraFran, Cabi aquí esta el capitulo que tanto esperaste haha! espero lo disfruten! nos leemos pronto! Os quiero! cuídense!!